Hoy exploraremos el este de Bali, donde nos sumergiremos en la rica cultura balinesa, disfrutando de paisajes impresionantes y experimentando un lado más tranquilo de la isla en comparación con las zonas turísticas más concurridas del sur.
Si dispones de más días, y quieres visitar otros lugares de INDONESIA. Consulta nuestras otras guías de Borneo, Java y Islas Gili, para preparar mejor tu viaje.
KILÓMETROS TOTALES: 105 km
Alojamiento: KT. Kuaya Home Stay
Nos despertamos tras dormir como bebés para disfrutar de nuestro maravilloso desayuno de hoy y del White Kopi al que nos hemos aficionado tanto.
Hoy habíamos quedado a las 9 a. m., ya que nos comentó el guía que no sería tan hora punta y seguro que tardaríamos menos en el trayecto.
Nuestra primera parada del día sería la aldea Penglipuran. Se trata de una aldea tradicional balinesa situada cerca de la ciudad de Bangli. Tardamos 2 horas en llegar desde Ubud, y eso que no pillamos casi tráfico.
Está muy enfocada al turismo, ya que, aparte de la agricultura, su sustento es el turismo. Por lo que podrás entrar en las casas para comprar recuerdos, fruta o ropa que ellos mismos hacen. Recomendamos que si quieres llevarte algún recuerdo de Bali, el precio de los souvenirs y la fruta es mucho más económico que en la ciudad, por lo que puedes contribuir a la economía local y ahorrarte algunos euros.
La entrada a la aldea cuesta 50.000 IDR por persona. En esta aldea viven aproximadamente 800 personas, en casas muy parecidas, ya que la estética es la misma en todas. Como curiosidad, en la entrada de cada casa verás un cartel que indica cuántos miembros de la familia viven allí, cuántos son hombres y cuántas son mujeres.
Muy cerca de allí puedes llegar andando al bosque Hutan Bambú. Se trata de un bosque completamente de cañas de bambú que merece mucho la pena visitar. Es completamente gratuito y puedes acceder desde la aldea por la parte trasera. Recomendamos la visita a ambos lugares.
Tras comprar un poco de salak y mangostán, la fruta que más nos ha gustado en el viaje, nos dirigimos a nuestra siguiente parada: el Pura Besakih o Templo Madre. La entrada tiene un coste de 90.000 IDR por persona (5,62 €). Se trata del templo más grande y sagrado de todos los templos de Bali, y cuando lo veas en persona te darás cuenta.
Está formado por 23 templos diferentes, de los cuales el más importante es el Pura Penataran Agung, donde se han celebrado las ceremonias más importantes y las mayores celebraciones sagradas de la isla. Los balineses lo consideran el más sagrado, ya que durante la erupción del volcán Agung no se produjo ningún destrozo y quedó completamente intacto.
La extensión del complejo está dividida en pisos, por lo que tendrás que ir subiendo pendientes para visitar cada uno de ellos (la primera subida la realizamos en coches como los del minigolf). El ambiente religioso que se respira, sobre todo en la parte más alta, es brutal y conseguirás unas vistas impresionantes del pueblo Besakih. Si tienes suerte, podrás ver el volcán Agung, que es el principal de todo Bali.
En este complejo se celebran unas 60-70 ceremonias al año según el año balinés, que dura 210 días. Es normal que cuando lo visites puedas contemplar alguna ceremonia, por lo que no puedes acceder al interior del patio principal.
Pasamos aquí bastante tiempo para poder subir hacia arriba, realizar miles de fotografías y conocer la historia del lugar que nos contaba el guía, por lo que lo encontramos como una de las visitas imprescindibles de Bali.
Tras esta visita, el hambre ya apretaba, por lo que fuimos al restaurante Lereng Agung, no lo recomendamos mucho por la comida, ya que es un buffet muy básico y lo encontramos caro, pero sí merece la pena por las vistas que tendrás a los arrozales mientras comes; fueron las mejores vistas para comer que tuvimos. Al menos puedes pasar para hacer unas fotos preciosas si no quieres comer aquí.
Una de las cosas curiosas de este restaurante es que hay un murciélago que está en la entrada, no está atado ni nada, durante el día se apoya ahí esperando que la gente le de de comer, y por la noche se marcha a su guarida. Cuidado que es un tanto peligroso!
Se nos estaba haciendo tarde, por lo que aún nos quedaba camino para la que sería nuestra primera cascada de Bali, la cascada Kanto Lampo. Tras un buen rato conduciendo (el tráfico ya se empezaba a notar), por fin conseguimos llegar a la cascada y sorpresa: estaban cerradas porque había habido un derrumbamiento de tierra y no se podía acceder.
Estas cascadas no son de las más conocidas, ya que son muy diferentes de las demás, ya que están compuestas por cascadas de escalones con una altura de 15 metros, lo cual la hace peculiarmente bella y muy diferente. Nuestra decepción fue máxima, ya que teníamos muchas ganas de verla, por lo que Agus, nuestro guía, nos dijo que nos llevaría a otras, que a él no le gustaban mucho por el turismo masivo que había, pero que al menos no nos quedamos con las ganas.
Esta cascada se llama Tegenungan waterfall. El precio de la entrada es de 30.000 IDR por persona. Efectivamente, tenía razón Agus, son unas cascadas masificadas y totalmente enfocadas al turismo, donde han construido un mega restaurante que parecía Ibiza.
A mí personalmente no me gustaron mucho, será porque nos habíamos acostumbrado a ir a sitios menos masificados o porque me quedé con las ganas de ver la otra cascada, por lo que no creo que sea un imprescindible que visitar.
Durante la bajada de las escaleras para acceder a ellas, encontrarás nidos o paradas para hacerse fotos (son gratuitas) y un puente que es completamente de cristal (el precio es de 350.000 IDR por persona (20 €)). Ahí se demuestra el enfoque al turismo que hay. No pasamos mucho rato aquí, simplemente nos refrescamos con un baño rápido y nos fuimos enseguida a la que sería nuestra última parada del día.
Se trata del templo Pura Goa Gajah o Cueva del Elefante. Se trata de un templo muy importante para los sacerdotes, ya que es un centro de meditación muy importante para ellos. Verás una cueva, en la entrada de la cual está esculpido un elefante tallado en la roca, y la entrada de la cual es la boca de este. En su interior se encuentra una figura de Ganesha (budismo) y el símbolo de Shiva (hinduismo).
En el exterior encontrarás un árbol sagrado que plantaron cuando se construyó el templo en el s. XI. Tienen prohibido la tala o cualquier manipulación no autorizada por los sacerdotes, ya que al ser sagrado es necesario un permiso. Es impresionante este árbol. Si caminas por el templo, también podrás contemplar piscinas. Durante nuestra visita, ya estaba anocheciendo y la verdad que entre la luz del atardecer y que no había a esa hora ningún turista, esta visita fue increíble (durante la mañana suele estar abarrotado y durante la tarde y las últimas horas no sueles ver a nadie). El precio de la entrada es de 50.000 IDR por persona.
Ya era tarde y la verdad que la vuelta a Ubud fue de lo peor que tuvimos todos los días; para recorrer 5 km de camino, tardamos 2 horas y 30 minutos; fue desesperante ya que a partir de las 17h la entrada a Ubud es horrible.
A la llegada al hotel, nos fuimos un ratito a la piscina y tomamos unas cervezas que habíamos comprado en un supermercado para desestresarnos del tráfico y seguidamente nos fuimos a la calle Jl. Goutama. Hoy nos apetecía un restaurante de ramen que habíamos visto días anteriores y no nos podíamos resistir. Se trata del Kinta Ramen & Sushi, todo buenísimo y muy recomendado con precios muy buenos (1 plato de gyozas, 2 platos de ramen gigantes y 2 bebidas por 224.500 IDR (14 €)).
Aquí puedes consultar la siguiente etapa: Ruta por Bali – Día 4 – Norte de Bali
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